jueves, 6 de mayo de 2010

... solo un contexto

Un café que se convierte en la excusa para fijar un encuentro,
aquél refresco tan solo fue el antecedente de un largo paseo,
juntar un par de mesas para romper el hielo entre completos desconocidos,
y tú aun conservas la chapa de aquella botella que él compartió contigo.

Pedir fuego para un amigo al chico que acaba de sentarse en la barra,
escuchar con disimulo la conversación de dos chicas tomando algo en la terraza,
mirando al padre que hace guiños a un bebé sentado en su carrito,
o esa niña que exige a su madre poder verter el azúcar del sobrecito.

Una pareja que se besa tras días sin haber podido ni tan siquiera hablar,
y adivino el sabor de la marca de carmín en la taza que ella acaba de apurar,
entra un vagabundo y educadamente pide a alguien que lo escuche,
pero hay un desgraciado que lo insulta, aunque a él ya no hay nada que lo asuste.

El cerco de un vaso que al pasar el trapo borra toda huella de que alguien estuvo allí,
y un terrón aplastado en el suelo, y me hace gracia, porque lo mismo parece haberme pasado a mi,
o un señor amable que deja una propina impropia de tipos que suelen llevar puestos esos harapos,
¿solo queda ya bondad en los rincones donde cohabitan las máquinas de tabaco y los borrachos?

Mientras tanto se me ocurren estas líneas, entrecruzadas con la cuenta de una mesa,
pensando en cúantas vidas no tienen paso obligado por estos taburetes de madera,
pero mi función es secundaria, y es por eso que os cuento todo esto,
pues yo soy tan solo el invisible camarero; soy solo un contexto.

3 comentarios:

  1. Impresionante.
    Me ha encantado...
    ...me encanta ver las cosas desde otro punto de vista...
    la de un camarero en este caso ;)
    Un Beso

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  2. A ver si nos deleitas con más aullidos ;)

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