¡A por Ayer!, que se obligue él también a verlo,
que por todos, también por el pasado, pasa el tiempo,
arrancando la costra seca de los errores sin remedio,
¡aunque sangren!, que a las heridas debe darles bien el viento.
Cualquiera conoce lo amarga que sabe la historia jamás olvidada,
esa que ya está en blanco y negro, los colores propios de las palabras,
la que provoca insomnio, la que en sueños solo podría ser pesadilla,
¡cómo si no lo supieras!, cada uno con la nuestra, y para todos la misma.
!Pues a por Hoy!, irónico obsequio, que con saña llamamos Presente,
lo vivido y todavía por vivir, el Ahora que marchita cada instante,
que tanto estira un segundo, que tan cortos hace cada uno de los meses,
pasando por cada tiempo del verbo, la mayor futilidad, la más humillante.
Sabes bien de lo que hablo, y ahora, diría mejor, de lo que hablé,
el "mañana" de la pasada madrugada, el "antes" del rato de después,
un beso, un parpadeo, un relámpago, así de breve puede llegarme a ser,
así se acaban, así de rápido pasa el "soy" a ser un "fui", muy fácil de perder.
¿Y el Mañana?,mira que con este de verdad hay que atreverse,
como una baraja sin abrir, como dos soldados antes de enfrentarse,
así yo lo imagino, tan suculento, tan nuevo, algo que no teme acercarse,
el Mañana nunca pinta gris, ese solo es el color del no saber qué va a venir,
del cincel de las promesas, de papel, deseando ser un poema que escribir,
del genio de los deseos.
¿Cómo no iba a tener el Futuro todos los colores del tiempo que, aun, no se ha dejado
ser un momento donde existir?